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El Agua es más importante que el Pienso


Hace poco se ha publicado la sexta edición revisada de .Los Nutrientes Requeridos para el
Caballo”. En esta nueva edición, se comenta, en el Capítulo 7 (El agua y sus cualidades), lo
necesario que es el agua para el caballo y los hábitos de consumo del mismo. Mostraremos un
ejemplo de los resultados que arrojan las investigaciones mencionadas en dicha publicación y la
forma en que deberíamos manejar a nuestros caballos para que no surja ningún problema
relacionado con el agua.

El agua es un nutriente fundamental, esencial para sustentar la vida del caballo. Es decisiva para
mantener en equilibrio su fluido corporal, su función digestiva y su salud gastrointestinal, el
agua constituye entre el 62% y el 68% de su peso corporal, aproximadamente entre 310 Kg. y
340 Kg. (para un caballo con un peso medio de 500 Kg.). Aunque un caballo puede permanecer
sin comer durante un largo periodo de tiempo, si pierde entre el 8% y el 10% de su líquido
corporal (40 ó 50 kilos) en condiciones extremas, ya está en peligro.

Saciar su sed

El consumo de agua en el caballo es controlado por la sed y el deseo de beber. La sed es
impulsada por varios detonantes, como puede ser un descenso de los fluidos corporales o un
incremento en la concentración de determinadas sustancias (Osmolites) que están disueltas en la
sangre (Sodio, Potasio, Cloruro, Urea o Glucosa, por ejemplo).

Para saciar su sed, un caballo consume agua de manera intermitente en un ciclo aproximado de
24 horas y modifica el patrón de consumo de agua dependiendo tanto de la fuente como la
disponibilidad, así como de la edad del animal. Cada vez que bebe, primero sumerge el morro
en el agua para ingerir una toma larga y después toma varios sorbos pequeños.

Solo unos minutos al día

El tiempo diario que un caballo dedica para hidratarse es breve, tan corto que probablemente
usted, emplee más tiempo en tomarse un café por la mañana. El comportamiento normal de
hidratación de los caballos adultos cuando están en sus cuadras tiene las siguientes
características: Beben entre dos y ocho veces al día, suelen emplear en beber entre 10 y 60


segundos cada hora y la duración total diaria que emplean para beber es aproximadamente de
uno a ocho minutos.

El componente de conducta parece lógico, desde que eran salvajes, los caballos han tenido que
vérselas no solo con la disponibilidad de agua, sino también con sus depredadores, ya que en la
naturaleza ellos son una presa potencial. Además, aunque tienen fácil acceso a los pastos, al
agua no, por lo que beben siempre que surge la oportunidad y no emplean mucho tiempo,
bebiendo solo lo exclusivamente necesario.

¿Qué cantidad necesitan?

Los estudios estiman que un caballo consume de media unos cinco litros diarios por cada 100
Kg. de peso corporal. Teniendo en cuenta que un caballo pesa unos 500 Kg. de media, esto
significa que consume aproximadamente unos 25 litros al día. Pero su consumo puede variar de
un día a otro, dependiendo del calor que haga, el trabajo que realice, cuanta materia sólida
consuma y de los componentes de su ración —por ejemplo, si come grandes cantidades de sal,
potasio y proteínas.

Las fuentes

Los caballos obtienen agua por medio de tres vías: ingiriéndola directamente, consumiéndola
como agua que incorporan los alimentos y generándola internamente durante el proceso
metabólico en su dieta de carbohidratos, proteínas y grasas.

Ciertos alimentos proporcionan una abundante cantidad de agua. En un estudio, se demostró que
el ryegrass en pasto poseía más del 79 % de agua —Lo suficiente para satisfacer la necesidad
diaria de agua que de las yeguas, estén preñadas o no.

En cambio, un plan alimenticio de grano y heno aporta poco a la necesidad diaria de agua del
caballo. Según revelan los estudios, una dieta normal de pienso puede contener entre un 10% y
un 15% de agua, que se traduce aproximadamente en uno o dos litros de fluido al día, mucho
menos de los aproximadamente 25 litros necesarios para un caballo de 500 Kg.


Proceso de eliminación

El equilibrio hidrológico se consigue igualando la pérdida con el aporte de agua. Los caballos en
general, pierden líquidos de cuatro formas: por medio de las heces y la orina, así como de la
respiración y el sudor. Las yeguas lactantes también pierden líquidos con la secreción de leche.

El tracto intestinal es la principal reserva de agua que tiene el caballo y también la principal vía
por la cual se deshidrata, a través de la excreción de sus heces. Los excrementos que contienen
entre un 72% y un 85 % de líquido suelen ser característicos de caballos que componen su dieta
de forraje básicamente. En cambio, los caballos cuya dieta consta de heno defecan entre un 55%
y un 63 % de su ingesta diaria de agua.

El riñón regula el equilibrio del líquido corporal. Cuando un caballo se excede en el consumo de
agua produce un mayor volumen de orina más diluida. El caso contrario también es cierto:
cuando el consumo de agua es insuficiente, su organismo produce un menor volumen de orina
más concentrada. El volumen de orina varía con la dieta, con la disponibilidad de agua y con los
cambios metabólicos ocasionados por la temperatura ambiental, el ejercicio y su salud
gastrointestinal.

Sudando la gota gorda

La pérdida de calor en los caballos es propiciada por la vaporización del agua corporal, a través
de los pulmones durante la respiración, o lo que es más usual, a través de la piel como sudor.
Los estudios estiman que los caballos con menor actividad y que se encuentran en un ambiente
térmico neutral (aquel en el que la temperatura ambiente ronda entre los 5ºC y los 20ºC) pierden
pasivamente seis litros o menos de fluido corporal a través de la piel.

El sudor aparece cuando aumenta la temperatura de su corazón como resultado de la actividad
muscular, las altas temperaturas ambientales, la humedad o el sol. La cantidad de fluido que
pierde el caballo a través del sudor depende de la duración y la intensidad del ejercicio, las
condiciones medioambientales y de cómo se aclimata a ellas.

Cuando hace frío

El consumo de agua del caballo depende de la temperatura tanto del ambiente como de la de su
ración de agua. Según un estudio, la disminución sería de entre un 6% y un 14%. Además,


cuando hace frío, sucede que los caballos también beben menos si el agua está fría que si el
agua estuviese templada.

Beber menos cuando el tiempo es frío puede afectar adversamente al bienestar del caballo,
puesto que la necesidad de fluidos del caballo no disminuye. Sin suficiente agua puede empezar
a comer menos, especialmente forraje seco, porque es incapaz de producir suficiente saliva para
masticar adecuadamente y procesar el pienso. La disminución del apetito puede dificultar que
mantenga el calor corporal, y entonces simplemente no tiene suficiente energía para quemar.
Además, puede ser más susceptible de sufrir un cólico si sus heces se vuelven más secas.

Para prevenir tales problemas cuando hace frío, puede ser beneficioso ofrecerles agua templada,
justo la necesaria para disipar el frío. Un estudio muestra que los ponis en ambientes
relativamente fríos bebían entre un 38% y un 41% menos del agua más fría que del agua
calentada a 19ºC. En cambio, los ponis que se encontraban en ambientes con temperaturas más
cálidas (entre 15ºC y 29ºC) bebían cantidades similares del agua que era comparativamente más
caliente (23ºC) que del agua más fría (entre 0º C y 1º C) que se les ofrecía.

En caliente

Los estudios muestran, como es lógico, que a mayor temperatura incrementa el consumo de
agua y los caballos beben con mayor frecuencia. Por ejemplo, con una temperatura entre 30ºC y
35ºC los caballos en trabajo incrementaron el consumo de agua en un 80 por ciento.

Ingerir productos secos

El tipo y la cantidad de pienso que consume un caballo influirán en cuánto va a beber.
Normalmente, cuando su pienso es más seco, es propenso a beber más. En un estudio realizado,
se suministraron dos raciones diferentes, que tenían aproximadamente la misma cantidad de
calorías a dos grupos de caballos. Los que recibieron solamente heno tuvieron un 19% más de
deshidratación que aquellos que consumieron una mezcla de heno y cereales enriquecidos y, por
consiguiente, bebían un 26% más de agua.

El perfil de nutrientes que tiene el pienso también influye en cuando entra en un estado de
deshidratación el caballo. Esto ha sido demostrado en la Real Escuela de Arte Ecuestre de Jerez
en un estudio dirigido por Florencia Arrambide BA Hons, y nos demuestra que los caballos
entran en estado de deshidratación más tarde si el nivel de fibra en su pienso es mayor.


Bebedero automático o del cubo

La manera en que recibe agua el caballo, ya sea por medio de un cubo o de bebedor automático,
puede influir en el periodo de tiempo que permanece bebiendo así como en la cantidad que
consume. En un estudio realizado, los sistemas automáticos suministraban entre 2,5 y 5
centímetros cúbicos de agua, lo que incrementaba el tiempo que los caballos permanecían
bebiendo. Es probable que el relativamente escaso nivel del agua les impida ingerirla con
rapidez en momentos puntuales, cuando hace más calor o cuando están trabajando más,
conviene proporcionar un sitio donde el caballo pueda beber como le pide la naturaleza, o sea,
con un suministro mayor de agua.

En otra investigación se estudió la preferencia de los caballos a la hora de beber por medio de
un bebedor automático o de un cubo. Cuando se les dio a elegir, el 98 % de los participantes
equinos seleccionaron el cubo como medio para beber mientras que el otro 2 % prefirió el
bebedero automático. Esto es un dato interesante, ya que en España utilizamos bebederos
automáticos con frecuencia, pero esto no es tan común en el resto de Europa. Tenemos que
observar el estado de hidratación en caballos importados, ya que debido al ambiente más seco
de España y la falta de costumbre de beber en bebedero automático, la experiencia podría
terminar en una deshidratación constante e incluso en cólico.

El nivel de mineralización del agua

Los caballos no sienten ni preferencia ni animadversión hacia el agua con mayor nivel de
mineralización, esta última suele contener una elevada concentración de calcio y magnesio, pero
ello no implica que una cantidad importante de agua vaya a contribuir a la nutrición del caballo.

El agua en los viajes

Aquellos que transportan caballos habitualmente pueden tener serias dudas sobre el estudio que
desvela los efectos de los viajes sobre los requisitos de líquido y el comportamiento en los
equinos. A los caballos a los que se les ofreció agua mientras eran transportados bebieron más
durante el día que por la noche y consumieron menos durante las horas del día que hacía más
frío; tanto el consumo de agua como el de pienso descendieron durante el transporte. En un
estudio, los caballos que fueron sometidos a más de 30 horas de trayecto sin agua fueron
incapaces de continuar. En cambio, aquellos a los que se les proporcionó agua fueron capaces
de continuar dos horas más de camino. Si su caballo no quiere beber cuando viaja, puede hacer


que ingiera agua ofreciéndole alimentos en remojo. Se puede remojar el heno con una redecilla
para aumentar su contenido en agua y proporcionar alimentos como remolacha micronizada o
salvado con agua. Y prueba a darle sandía. Posee alrededor del 93 por ciento de agua y muchos
caballos la encuentran muy apetitosa. Puedes darles tanto la pulpa, las pipas, como la cáscara.
Ofrécele pequeñas rodajas ya que si no consigue masticarlas por completo pueden ocasionar
riesgo de asfixia

Consejos sutiles -Un sabor familiar

.Yo añado una gota o dos de extracto de menta en el agua de mi caballo cuando estamos en
casa, y cuando vamos a competir, vierto también unas gotas en el agua de su recipiente, la
esencia enmascara cualquier sabor u olor desconocido que le impida beber tanto como
debiese..-Nos comenta Kathleen Crandall, una amazona de RAID. Esta práctica es común entre
competidores internacionales de RAID. Se puede utilizar melaza, menta, extracto de vainilla o
zumo de manzana para añadir un ligero sabor y olor al agua. Cuando el caballo viaja, si huele lo
mismo que en casa, beberá con más confianza.

Cuando el cubo de agua se acaba

Si limitamos la cantidad de agua que consume un caballo reduciremos la cantidad de alimento
que come. Los resultados de un estudio arrojaron que tras 72 horas sin agua, los caballos
continuaron comiendo pienso en tasas casi constantes, pero redujeron el consumo de heno en un
45%. En otro estudio, los ponis comieron un 32% menos después de ser privados del agua
durante 36 horas. Bajo las mismas condiciones, los asnos, que naturalmente son más tolerantes a
la privación del agua, comieron un 13% menos.

Escrito por:

Coby Bolger –
www.Horse1.es

Centro de Nutrición Equina

Fuente de información:

Kentucky Equine Research –
Base de Datos de Investigaciones
NRC 2008 –
Nacional Research Council
Waltham Equine Laboratories